En medio de las preocupaciones diarias, es fácil olvidar que tenemos un Padre celestial amoroso y atento que se preocupa por todas nuestras necesidades. Jesús nos recuerda esto, al señalar las aves del cielo como un ejemplo. Observa cómo las aves no siembran ni cosechan, ni guardan comida en graneros como nosotros. Sin embargo, Dios les provee con todo lo que necesitan.

Si nuestro Padre celestial cuida de las aves, ¿no cuidará también de nosotros, que somos mucho más valiosos para Él? ¡Por supuesto que sí! Jesús nos anima a confiar en Dios y a no preocuparnos excesivamente por las cosas materiales de la vida.

Es natural que tengamos preocupaciones y ansiedades, pero debemos recordar que Dios conoce nuestras necesidades y tiene el poder para satisfacerlas. Él es nuestro proveedor fiel. No debemos permitir que las preocupaciones nos consuman y nos roben la paz.

En lugar de preocuparnos, debemos buscar primero el reino de Dios y su justicia. Esto significa que, debemos poner a Dios en el primer lugar en nuestras vidas, buscar su voluntad y vivir en obediencia a sus enseñanzas. Cuando hacemos esto, confiando en su amor y fidelidad, podemos estar seguros de que Dios cuidará de nosotros y suplirá nuestras necesidades.

No te preocupes por el mañana ni te agobies por lo que aún no ha sucedido. En cambio, confía en Dios y vive cada día confiando en su provisión. Recuerda que eres valioso para Él y que Él se preocupa por ti de una manera profunda y personal.

Oremos: Querido Padre celestial, gracias por ser nuestro proveedor fiel. Ayúdanos a confiar en ti en medio de nuestras preocupaciones y ansiedades. Enséñanos a buscar primero tu reino y tu justicia, sabiendo que tú cuidarás de nosotros. Danos la paz que solo tú puedes dar. En el nombre de Jesús, Amén.

Espero que este devocional te haya sido útil y te haya inspirado a confiar en la provisión de Dios. ¡Que tengas un maravilloso día!