Despues del Avivamiento
Lectura Biblica: Lucas 17:11-19
En este pasaje, Jesús se encuentra con diez hombres leprosos que claman por misericordia. Todos ellos son sanados, pero solo uno regresa para dar gracias y glorificar a Dios. Esta historia nos enseña la importancia de mantener nuestra devoción hacia Dios no solo cuando estamos buscando una respuesta por parte de El, sino también cuando todo nos va bien.
En ocasiones, podemos caer en la creencia de que los milagros son la clave para traer la salvación a las almas. Sin embargo, debemos recordar que incluso aquellos que experimentan un milagro sobrenatural pueden optar por no seguir a Jesús. Los milagros son muestras poderosas del amor y el poder de Dios, pero la salvación va más allá de los eventos sobrenaturales. Se trata de una decisión personal y un compromiso del corazón hacia Dios. Aunque los milagros pueden llamar la atención y despertar el asombro, no garantizan la transformación espiritual de las personas. Por lo tanto, debemos recordar que nuestro enfoque principal debe ser compartir el mensaje del evangelio y testimoniar el poder transformador de Jesús, confiando en que el Espíritu Santo obrará en los corazones para llevar a las personas a una relación personal y genuina con Él.
La historia de los diez leprosos nos enseña la importancia de mantener nuestra devoción encendida hacia Dios, incluso cuando experimentamos sus bendiciones. No debemos permitir que la prosperidad económica, la sanidad, la liberación o los frutos del avivamiento apaguen nuestra gratitud, nuestra alabanza y nuestra fe. Sigamos el ejemplo del leproso samaritano, regresemos a Jesús con un corazón agradecido y mantengamos nuestra devoción ardiente hacia Él en todas las circunstancias de la vida. Reconozcamos que la prosperidad económica, la sanidad y la liberación son dones de Dios, pero no permitamos que estos dones ocupen el lugar central en nuestro corazón. Que nuestra devoción sea siempre dirigida a Dios, quien es la fuente de todas las bendiciones. Asimismo, recordemos que en el paradigma del avivamiento, los frutos del avivamiento no deben apagar el avivamiento mismo. Mantengamos nuestra prioridad en buscar a Dios, cultivar nuestra relación personal con Él y vivir en obediencia a su Palabra.